miércoles, 26 de agosto de 2009

Calamidades Colectivas

Por: Yadira Nieves
Miembro del Instituto de Cultura Espírita Renacimiento


En la clase del pasado martes, 18 de agosto de 2009, se discutió el tema sobre el porqué "mueren" personas en masa, ya sea en desastres naturales, como guerras o ataques 'terroristas'. Como ser humano, sensible, fue inevitable mi impresión ante las imágenes presentadas de personas mutiladas, en desespero, dolor…; imágenes que permanecieron por días en mi mente, como una persona analítica tratando de entender y asimilar la información recibida.

Tuve la oportunidad de pasarle la información ante mencionada a mi esposo, que ese día estuvo ausente y ahí… mientras le contaba y explicaba pude entender muchas cosas, por eso dicen que "se aprende enseñando". Fue entonces cuando comenzaron mis pensamientos a activarse, con ideas que en su ir y venir a un nivel tan fuerte y constante que me indujeron a plasmarlo en papel, como tantas otras veces he hecho.

Para muchos es fácil escribir sobre eventos de desastres naturales, hambrunas y guerras. Y es sencillo entenderlos científica o lógicamente hablando , no así cuando entran en juego los sentimientos. Ello porque somos compasivos y compartimos el dolor ajeno. Esta sensibilidad podría nublar el entendimiento espiritual de que todo lo que sucede tiene una causa y un propósito; que no es que Dios o el Mundo espiritual lo hayan planificado, sino que las acciones del hombre lo han creado. Y cuando miramos un evento desastroso que causa muchas 'muertes', podemos ver, pensando espiritualmente que hay una causa para cada uno de ellos y que también hay un propósito. Sufre y aprende la víctima, sufre y aprende el que observa y se identifica con el dolor, de igual manera y en su medida es afectado el victimario, y hasta la naturaleza y la tierra es afectada.

En ese análisis pude comprender también que realmente todos somos uno y parte de un todo, lo que hacemos en bien o mal afecta a todos, de igual manera los eventos y desastres y guerras nos afectan a todos sin importar el punto del mapa donde estemos. Todos somos espejos unos de otros y cada instante de la vida ofrece oportunidades de crecimiento, aunque algunos sean dolorosos.

Seamos compasivos pero sin que la emotividad nuble nuestro raciocinio. Obremos para el bien común tendiendo la mano al necesitado. Vivamos con la confianza de que es necesario (por ley de acción y reacción) que surjan ciertos eventos críticos, mediante los cuales seremos probados en diferentes formas, y a través de los cuales se nos ofrecen oportunidades de seevir y/o crecer.

Yadira

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