martes, 4 de agosto de 2009

El Espiritismo y las Iglesias Reformadas

Autor: Jayme Andrade




- La doctrina de Santo Tomas de Aquino - Biblia- Las fallas de la Biblia - Pedro - Primer Papa

Los católicos y protestantes siguen la doctrina de Santo Tomas de Aquino, que defendía la “fe” como una opción exclusiva de la voluntad, sin interferencia de la “razón”, distinguiéndola de la “duda” porque en ésta hay indecisión entre dos conceptos opuestos, y de la “opinión” que es la aceptación de un juicio sin excluir totalmente otros, mas ya ahí con base en factores racionales. También la distingue de la “certeza”, porque está asentada en el conocimiento científico. En la época actual ya no es admisible la concepción aquiniana de la fe, por ser evidente que: La fe depende de la razón, pues quien cree debe tener una razón para creer. La fe en Jesús es la aceptación de él como Mesías y Salvador. Mas la aceptación no es sólo un acto de voluntad, mas un acto de discernimiento, por tanto un acto de razón. ¿Cómo puedo aceptar esto y condenar aquello, sin recurrir al juicio, que es la función de la razón?” (Herculano Pires, en “Revisión del Cristianismo”, pág. 89) Aprendidos estos conceptos, veamos como se procesaría la “salvación por la fe”, en el entendimiento de los evangélicos: un incrédulo oye el sermón, se siente tocado por el conmovedor mensaje del predicador y se torna un “convertido”, recibe a Cristo en su corazón y se cree “nacido de nuevo”, salvo por la gracia del Señor, y purificado de sus pecados por la sangre del Cordero. en seguida, se afilia a la congregación de los fieles a través del bautismo y pasa, al menos en teoría, a vivir su existencia dentro de los preceptos del Evangelio, pudiendo tornarse hasta en uno de los “mensajeros de la palabra”, en el afán de traer otros pecadores a los brazos del Salvador. Lejos de nosotros está el intención de parecer de alguna forma irreverente para con los nobles sentimientos de nuestros hermanos. Sabemos que actúan movidos por la más pura de las intenciones, llenos de aquella fe que describimos antes como “convicción íntima inquebrantable”. Mas séanos lícito preguntar: ¿Es suficiente esa actitud tan simple para modificar una vida y transformar substancialmente un carácter? ¿Basta igual-mente ese “pequeño paso” para que el creyente acreditarse la “comunión de los santos” y tener asegurada su admisión a la “eterna bienaventuranza”? Entonces, ¿por qué sólo unos pocos, talvez los de espíritu más evolucionado, permanecen realmente regenerados? La mayoría os-tenta un cristianismo de fachada, persistiendo con los mismos sentimientos íntimos del “hombre viejo”: egoísmo, desamor, intolerancia, racismo, ausencia de empatía y de fraternidad. Aun admitiendo que los individuos se transformen, ¿qué efectos han producido el Evangelio en los grupos sociales que se intitulan cristianos, tanto católicos como protestantes? ¿Acaso el mundo fue transformado, tras casi dos mil años de catequesis? ¿Reinan la paz y la armonía entre los pueblos cristianos? ¿Fue implantado en los corazones el ideal de la solidaridad humana? ¿O continúan los hombres combatiéndose, frecuentemente asesinando a los adversarios en nom-bre del propio Cristo, como ocurrió en las “Cruzadas”, en los tribunales de la “Santa Inquisición”, en la masacre de los campiñeses alemanes (con el apoyo del propio Lutero), en la matanza de los hugonotes y en las luchas fratricidas de nuestros días entre los cristianos irlandeses? Obsérvese que el mismo Jesús previno: “Por los frutos los conoceréis”... (Mat. 7:16)

El que tenga ojos para ver y oídos para oír, por favor lea el Nuevo Testamento con los ojos bien abiertos y la mente libre de preconceptos, y llegará fatalmente a la conclusión de que Jesús no descendió a este mundo para fundar religión alguna, y sí para traer la noción de una vida futura y de la sobrevivencia del alma, de recompensas y puniciones según las obras que los seres humanos hayan practicado, en fin, vino a presentarle a los hombres un Dios de amor y misericordia, muy diferente de aquel Jehová rencoroso del Viejo Testamento.

Palabras de la Biblia

Católicos y Protestantes nos critican porque no creemos en la Biblia como la Palabra de Dios incuestionable. Realmente, damos importancia apenas a Jesús, pues nada hay de útil en el Viejo Testamento para los días de hoy, excepto los Diez Mandamientos. El propio Jesús afirmó: “Respondióle Jesús: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con todo tu entendimiento. Este es el gran y primer mandamiento. Y el segundo, semejante a éste, es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas”. (Mateo 22:37-40)

En el Sermón de la Montaña, Jesús revocó algunas cosas del Antiguo Testamento, rectificando lo que era humano en las leyes mosaicas: “Oísteis que fue dicho: ojo por ojo, diente por diente. Yo, empero, os digo...” (Mateo 5:38 a 42) “Oísteis lo que fue dicho: amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Yo, empero, os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen.” (Mateo 5:43 y 44) 
Pablo también dice: “Con efecto: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no cobijarás; y se hay algún otro mandamiento, todo en esta palabra se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” (Romanos 13:9) Lo que ahí no se incluye, son quincallerías humanas. Jesús no trabajó los sábados; no permitió que apedreasen la adúltera; fue contra el divorcio, contrariando a Moisés, pues, al final, eran leyes de Moisés, leyes para adoctrinar a aquel pueblo, y no leyes divinas, que nunca se alteran. La expresión “la palabra de Dios” es de origen judaico. Fue naturalmente heredada por el Cristianismo, que la empleó para el mismo fin que los judíos: dar autoridad a la Iglesia. La Biblia, considerada la "palabra de Dios", se revistió de un poder mágico: a su simple lectura, o simplemente la audiencia de esa lectura, puede espantar el Demonio de una persona y convertirla a Dios. Claro que el Espiritismo no acepta ni predica esa vieja creencia, mas no la condena. A cada uno, según sus convicciones, desde que haya buna intención.

Las pesquisas históricas revelan que los libros que componen la Biblia tienen origen en la literatura oral del pueblo hebreo. Sólo después del exilio en Babilonia fue que Esdras conseguir reunir y compilar los libros orales (guardados en la memoria) y proclamarlos en plaza pública como la ley del judaísmo, dictada por Dios. Es imposible probar que "de capa a capa" la Biblia es divinamente inspirada. El "credo quia absurdum" (creo aunque sea absurdo) es fruto del dogmatismo, creación humana de los concilios, mientras que el Espiritismo es la doctrina del libre-examen y consiste en la fe razonada, apta a "encarar la razón cara a cara en todas las épo-cas". Solamente a las religiones dogmáticas, que se presentan como vías exclusivas de salva-ción, interesa el viejo concepto de la Biblia como palabra de Dios. Primero, porque ese concep-to impide la investigación libre. Considerada como la palabra de Dios, la Biblia es indiscutible, debe ser aceptada literalmente o de acuerdo con la "interpretación autorizada de la iglesia". Por eso, las iglesias siempre se presentan como "autoridad única en la interpretación de la Biblia". Segundo, porque esa posición corresponde a los tiempos mitológicos, al pensamiento mágico, y no a la era de la razón en que vivimos. Hay contradicciones insanables en que se fundan los hermeneutas religiosos. Se ven ellos obligados a peligrosas gimnásticas de raciocinio, apoyadas en fórmulas pré-fabricadas, para zafarse de las contradicciones del texto. Mas no escapan jamás a contradicción fundamental que es esta: consideran la Biblia como la palabra de Dios, pero establecen, para su interpretación, reglas humanas. De esa manera, es el hombre el que hace a Dios decir lo que a aquel le interesa. Las supuestas condenaciones del Espiritis-mo por la Biblia, por ejemplo, discurren de las interpretaciones sacerdotales, hasta alterando los textos, moldeando la "Palabra de Dios" según sus conveniencias.

La Biblia es uno de los mayores repositorios de hechos espíritas de toda la bibliografía religiosa. Y los textos bíblicos están llenos de pasajes típicamente espíritas. (lea el ítem sobre la prohibi-ción bíblica y la comunicación con muertos) Emmanuel, trabajador incansable de Cristo, a través de la psicografía de Francisco Cándido Xavier, nos dice: "El acto de creer en alguna cosa demanda la necesidad del sentimiento y del raciocinio, para que el alma edifique la fe en sí misma. Admitir las afirmativas más extrañas, sin un examen minucioso, es caminar hacia el desfiladero de lo absurdo, donde los fantasmas dogmáticos conducen las criaturas a todos los despeñaderos." (El Consolador, Ed. FEB, pág. 201) Será también que todo en la Biblia tiene inspiración divina? A despecho de la expresa prohibición: "En ti no se hallará quien haga pasar por el fuego su hijo o su hija" (Deut. 18:10), los judíos de vez en cuando quemaban sus hijos en sacrificio (II Reyes 17:17) y hasta algunos reyes cometieron ese crimen hediondo, como Manases (II Reyes, 21:16) y Acaz (II Cron. 28:3), y hasta el gran libertador Jefté, que fue Juez en Israel por seis años, fue "lleno de espíritu y ofreció a su hija en holocausto a Dios" (Jueces 11:29 y 39). Algunos textos llevan a suponer que los sacrificios humanos tenían el beneplácito de Jehová, una vez que "el hombre consagrado a Dios no podrá ser rescatado, será muerto" (Lev. 27:29). Jeu, rey de Israel por 28 años, mató 2 reyes israelitas, Acazias y Jorão (II Reyes 9:24-33), bien como todo el linaje del ex-rey Acab, inclusive sus 70 hijos (II Reyes 10:7) y más 42 hermanos de Acazias (II Reyes 10:14), además de innumerables adoradores de Baal (II Reyes, 10:25) y a pesar de tan celoso "no se apartó de los pecados del ex-rey Joroboão y ni destruyo los becerros de oro" (II Reyes 10:29). Pues fue a ese rey idólatra y sanguinario que Jehová afirmó: "Bien obraste en hacer lo que es recto a mis ojos" (II Reyes 10:30) Samuel era vidente de Dios (I Samuel 9:19), mas mandó que el rey destruyese totalmente los amalequitas, "matando desde el hombre hasta la mujer, desde los niños hasta los de mama, desde los bueyes hasta las ovejas y desde los camellos hasta los jumentos" (I Samuel, 15:3). Mas Saúl no mató a los animales y por ello fue castigado (I SAM., 15:26).Moisés, que "era el más manso de todos los hombres que había en la Tierra" (Num. 12:13), descendió del Sinaí con las "Tablas de la Ley", donde constaba el mandamiento "No Matarás" y luego, para pasar de la teoría a la prác-tica, manda matar 3 mil de sus compatriotas y por encima de ello pide la bendición de Dios para los asesinos (Éxodo32:28/29).

Josué conquistó todas las ciudades de la prometida "Canaán destruyendo totalmente a toda alma que en ellas había" (Jos. 10:35), "destruyendo todo que tenga aliento, como ordenara el Señor Dios" (Jos 10:42), lo que no es de se admirar, una vez que Jehová es "hombre de guerra" (Éxodo15:3). Cada uno tome su espada y mate cada uno a su hermano, cada uno a su amigo, cada uno a su vecino" (Éxodo32:27) "Ninguna cosa que tenga aliento dejarás con vida" (Deut. 20:16) "Si el pueblo de una ciudad incitara los moradores a servir a otros Dioses, destruirás a filo de espada todo cuanto en ella hubiere, hasta los animales" (Deut. 13:12/15) 
¡¡Santo Dios, hasta los inocentes animales!! Vea también que había diversos "Dioses", no sólo Jehová . Este, claro, era el "Dios" oficial do pueblo y, bajo su nombre, hubo de hecho manifestaciones de espí-ritus enviados por Dios. Isaías 8:19 también sugiere la misma cosa. Está escrito en Deuterono-mio, capítulo 21, versículo 23: "lo que fuese colgado en un madero es maldito de Dios". Luego, si Jesús pasó por semejante oprobio se puede concluir que las "Escrituras Sagradas" están denominando el Maestro de "maldito de Dios". Si la Biblia no puede ser discutida para un cristiano dogmático, cómo salir de esa? Cuando se tiene acceso al libro de Jonás, se nota una paradoja: "Dios" se apiada de la ciudad de Nínive, la gran enemiga de Israel, mandando al pro-feta Jonás a predicar a sus habitantes, en detrimento de los amalequitas, asesinados por orden "divina", sin oportunidad de arrepentimiento. Al final, ¿hay preferencia de "Dios" por algunos de sus hijos? Por tanto, ¿qué "Dios" es ese? Prejuzga merecer el pueblo de Nínive su misericordia, mientras que los amalequitas fueron cruelmente asesinados por su orden; Vemos en Levítico 21:16-24: 

16 Dice más el Señor a Moisés: 17Habla a Aarón, diciendo: Nadie entre tus descendientes, por todas sus generaciones, que tuviere defecto, se llegará para ofrecer el pan de su Dios. 18-Pues ningún hombre que tenga algún defecto se llegará: como hombre ciego, o cojo, o de nariz chica, o de miembros demasiado largos, 19-u hombre que tenga el pié quebra-do, o la mano manca, 20 o fuera corcovado, o legañoso, o tiene nube en el ojo, o sarna incurable, o algún empeine, o que tenga testículo lesionado o con hernia; 21-ningún hombre entre los descendientes de Aarón, el sacerdote, que tenga algún defecto, llegará para ofrecer las ofrendas quemadas del Señor; él tiene defecto; no llegará para ofrecer el pan de su Dios. 22-Comerá del pan de su Dios, tanto del santísimo como del santo; 23-con tal que no entre del velo adentro, ni se acerque al altar, porque tiene defecto; y no debe contaminar mi Santuario; porque yo soy el Señor que los santifico. 24-Moisés, pues, así habló a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel. Raciocinen un poco: un acto tan deshumano de PRECONCEPTO. ¿habría veni-do del propio Dios?

También en Levítico, "Dios" no parece ser el gran Fisiólogo, el Supremo Creador de la natura-leza humana, desconociendo que el proceso de la menstruación es natural, no pudiéndole ser impuesto a pecha del mundo. Así está escrito: "Si un hombre se acuesta con una mujer en el tiempo de la enfermedad de ella, y le descubre la desnudez, descubriendo su fuente, y ella des-cubre la fuente de su sangre, ambos serán eliminados en medio de su pueblo". ¿Menstruación es enfermedad? ¿El propio "Creador" desconociendo lo que creó? ¿Un "Dios" preconceptuoso, anatematizando una función normal del aparato sexual femenino? ¿Y por encima de ello, violento, al punto de expulsar la pareja de su pueblo?

En Deut. 13:6, 9 y 10, hay una orden de matar a pedradas a los adeptos de otras creencias. una apología a la intolerancia religiosa. En Levítico 22:17-18 "Dios" ordena que la oferta a ser ofrecida en el altar sea de animales sin defecto. Y es más exigente aún, cuando determina que no deban ser ofertados animales que tuvieren testículos machucados, o molídos, o arrancados, o cortados (Levítico 22:24). Los sacrificios de animales en la Biblia recuerdan bien lo que acontece en el Candomblé y Quimbanda en nuestros días.


Pablo afirmó: "Vos recibisteis la ley por misterios de los ángeles" (Hechos 7:53), explicando todavía en Hebreos 2:2: "Porque la ley fue anunciada por los ángeles ", y confirmando en la mis-ma epístola, 1:14: "Los Espíritus son administradores, enviados para ejercer el ministerio". Tam-bién en Hebreos, (1:7) Pablo afirma: "lo que hace a sus ángeles espíritus y a sus ministros como llamas de fuego". Está claro que los ángeles son espíritus reveladores de las leyes de Dios a los hombres, como afirma el Espiritismo. Pablo va aún más lejos, afirmando en Hechos 7:30-31, que Dios le habló a Moisés a través de un ángel en la sarza ardiente. Los ángeles son, por tan-to, espíritus, ministros de Dios, que los hace llama de fuego en las apariciones mediúmnicas. En Hebreos, 12:9, Pablo se refiere a Dios como "Padre de los Espíritus". Hubo casos estudiados de manifestaciones de espíritus que eran en la forma de lenguas de fuego. Esas manifestaciones confirman que los fenómenos de Pentecostés y el ángel de la sarza ardiente fueron mediúmnicos. El Espiritismo reconoce la acción de Dios en la Biblia, mas no puede admitirla como la "Palabra de Dios". En verdad, como enseñó el apóstol Pablo, fueron los mensajeros de Dios, los Espíritus, que guiaron al pueblo de Israel, a través de los médiums, entonces llamados profetas. El propio Moisés era un médium, en constante relación con Yahvé o Jehová , el Dios bíblico, violento e irascible, tan diferente del Dios Padre del Evangelio.

Debemos respetar la Biblia en su exacto valor, mas nunca hacer de ella un mito, un nuevo bece-rro de oro. Dios no dictó ni dicta libros a los hombres. 
En Números, 11:23-25, tenemos la des-cripción de dos hechos mediúmnicos valiosos. Primero, el Señor habla a Moisés. Después, Moisés reúne los setenta ancianos, formando una rueda, y el Señor se manifiesta materialmente descendiendo en una nube. Tenemos la comunicación personal de Jehová a Moisés, y a seguir o fenómeno evidente de materialización de Jehová, a través de la mediumnidad de los ancia-nos, reunidos para eso en la Tienda, cediendo ectoplasma para el fenómeno. La nube es la formación de ectoplasma en la cual el espíritu se corporifica. Sólo los que no conocen los fenó-menos espíritas pueden aceptar que allí se dio un milagro, un hecho sobrenatural. Y pueden aceptar, también, la manifestación del propio Dios. Lejos de eso. Jehová era el espíritu protector de Israel, que se presentaba como Dios, porque la mentalidad de los pueblos del tiempo era mitológica, y los espíritus eran considerados Dioses. El filósofo Tales de Mileto ya decía, en Grecia, cinco siglos antes de Cristo: "El mundo esta lleno de Dioses". Los espíritus elevados eran considerados Dioses benéficos, y los espíritus inferiores eran Dioses maléficos.

El Capítulo V del Deuteronomio es enteramente mediúmnico. Pero conviene resaltar que los sucesos de ese capítulo son mejor comprendidos cuando leemos el Éxodo, caps. 18 a 20. En los versículos 13 a 16, do capítulo 18, vemos Moisés delante del pueblo, para ser el mediador, o intérprete – mas en verdad el médium –, entre Dios y el pueblo. En los versículos 22 a 31, Cap. V, del Deuteronomio, tenemos una bonita descripción de conocidos fenómenos mediúmnicos: el monte Horebe envuelto en llamas, la nube de fluidos ectoplásmicos (materializantes), y la voz-directa de Jehová, que hablaba del medio del fuego, sin presentarse al pueblo. Y Moisés, como siempre, sirviendo de intermediario, en su función mediúmnica. Por fin, Jehová recomienda a Moisés que ordene al pueblo retirarse, pero que permanezca con él, para recibir las demás instrucciones. (Vers. 31, cap. 5 de Deut.)

En el famoso cap. 18 de Deuteronomio, tan citado contra el Espiritismo, luego tras los versículos de las prohibiciones, tenemos la promesa de Jehová, de que suscitará un gran profeta para auxiliar y orientar al pueblo. Como hacia con Moisés, el propio Jehová promete que pondrá sus palabras en la boca de ese médium. No obstante, sabiendo que todo médium está sujeto a envanecerse y dar entrada a espíritus perturbadores, Jehová determina que el profeta sea muerto: "Si hablara en nombre de otros Dioses". Este pasaje (vers. 20 del cap. XVIII) es más una confirmación bíblica de la enseñanza espírita de que, en aquel tiempo, los espíritus eran llamados "Dioses". Jehová era espíritu-guía del pueblo hebreo, y por eso considerado como su Dios, el único verdadero. Mas los profetas (médiums) de Jehová podían recibir otros Dioses, como Baal, Apolo o Zeus, por lo que la prohibición bíblica en ese sentido es terrible e inhumana, como podemos ver en los textos.

La evolución espiritual del pueblo hebreo permitiría a Jesús venir a corregir esos abusos y sustituir la concepción bárbara de Dios de los Ejércitos por la concepción evangélica del Dios-Padre, lleno de amor con todas las criaturas. El Espíritu que dictó los Diez Mandamientos a Moisés desempeñaba una elevada misión, preparando al pueblo hebreo para el monoteísmo, la creencia en un solo Dios, pues los Dioses de la Antigüedad eran mitos. A través de la medium-nidad, enseñaba a los hombres rudos de su tiempo las verdades espirituales que deberían fructificar en el futuro. Y es por eso que encontramos, en las páginas de la Biblia, no sólo el rela-to de fenómenos espíritas ocurridos en el pueblo hebreo, mas también enseñanzas precisas y claras sobre la mediumnidad. En el Capitulo XII, del libro de Números, vemos a Jehová dar a los Hebreos una de las lecciones que sólo más tarde aparecerían de nuevo, pero entonces en el El Libro de los Médiums, de Allan Kardec.

Miriam y Aaron hablaban mal de Moisés, por haber éste tomado una nueva mujer, de origen cusita. A Jehová no le gustó eso y súbitamente "descendió de la nube", para reprenderlos. Des-cender de la nube es materializarse, pues la nube es simplemente una formación de ectoplas-ma, como la Biblia deja bien claro en sus relatos. Imagine si el Señor del Universo, o Dios-Padre del Evangelio, haría este papel de proxeneta ¡Seria absurdo confundir este Jehová, siem-pre inmiscuido en los asuntos domésticos, por el propio Dios! Como espíritu-guía, podemos comprenderlo. Y es como espíritu-guía que reprende a los maldicientes, castiga a Miriam, mas antes enseña.

Primero, dice que puede manifestarse a los profetas (médiums) por medio de la visión (videncia) o de sueños. Después, recordando que Moisés es su instrumento para la dirección del pueblo, esclareció: "No es así con mi siervo Moisés, que es fiel a toda mi casa". Y añade: "Boca a boca hable con él, claramente y no por enigmas". Cinco formas de mediumnidad figuran en esa en-señanza bíblica: 
1) videncia; 
2) la de desprendimiento, o sonambúlica; 
3) la de materializa-ción; 
4) la de voz-directa; 
5) la de audiencia. El propio Jehová enseñaba la mediumnidad, como el apóstol Pablo, en su Primera Epístola a los Corintios, enseñaría más tarde a hacer una reunión mediúmnica.

Quien examine con atención el texto bíblico, observará que aquel Jehová del Antiguo Testa-mento nada tiene de común con el Dios presentado por Jesús en el Nuevo. Todo hace creer que el protector inmediato de la nación judaica era una Entidad más o menos identificada con la índole guerrera de la raza. Cada hombre, cada pueblo, tiene el Guía Espiritual que merece, compatible con su grado de evolución moral. Podía ser, tal vez, uno de los antepasados, con autoridad para imponer su dominio sobre los hombres. Tales entidades, por atrasadas que sean, no quedan al desamparo de la Espiritualidad Superior, mas es claro que esta no puede imponer enseñanzas que los asistidos no estén todavía en condiciones de asimilar. La evolu-ción tiene que venir naturalmente, siempre respetando el libre-albedrío de cada ser. Lo mismo ocurre todavía hoy, con los "prietos-viejos" y "orixás" que orientan los cultos africanos. Cuando se dedican al bien, trabajando en favor de los que sufren, reciben asistencia y orientación de los Espíritus elevados. Si prefieren la práctica del mal, se tornan víctimas de entidades malévolas y quedan entregados a su propia suerte hasta que, cayendo en sí, perciban la voz de la concien-cia y, arrepentidos, se vuelvan hacia Dios.

El examen del Viejo Testamento nos lleva a dos alternativas: o era el propio legislador quien, con el propósito de infundir respeto, atribuía a la Divinidad todos aquellos arrebatos de feroci-dad de que el Antiguo Testamento está repleto, o Dios se hacía representar ante el pueblo por una deidad tribal, tal vez hasta más de una, como se infiere en Gen. 3:22: "Es que el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal". Y la prueba de se trataba de un espíritu toda-vía un tanto materializado es que "habitaba en el tabernáculo" (II Sam. 7:6), o "de tienda en tien-da" (I Cron. 17:5) y "se complacía con el olor de los animales inmolados en holocausto" (Núme-ros 29:36) El Dios que amamos y adoramos no puede estar sometido las pasiones humanas. No se concibe un Dios de infinita perfección tomado de rencor, pronto a descargar sobre sus cria-turas su tremenda ira. Y sin embargo, aunque Él se diga "misericordioso y piadoso, tardío en encolerizarse y grande en beneficencia y verdad" (Éxodo34:6), se cuentan más de 60 accesos de cólera entre los libros Éxodo y II Reyes. 


El Jehová del Antiguo Testamento, que dio a su pueblo el mandamiento "no matarás", mandaba a exterminar los enemigos (y hasta los amigos...) con increíble ferocidad. ¿Cómo explicar tamaña contradicción? El apóstol Juan afirmó: "Dios nunca fue visto por nadie" (Juan 1:18) y "nadie jamás vio a Dios" (I Juan 4:12), lo que fue confirmado por S. Pablo: "(aquel) a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver" (I Timoteo 6:16) y por el propio Jesús: "No que algún hombre halla visto al Padre" (Juan 6:46). Mas leemos en el Antiguo Testamento que Dios dice: "Yo me reaparecí a Abraham, Isaac y Jaco" (Éxodo6:3) y que Moisés, Aarón, Nadib y Abiu y más de 70 ancianos vieron a Dios (Éxodo24:9-11). Hablaba Dios a Moisés cara a cara, como cualquier hombre habla a su amigo" (Éxodo33-11) y aún así le advirtió: "No podrás ver mi faz, porque hombre ninguno verá mi faz y vivirá" (Éxodo33:20) y en seguida abrió una concesión: “verás mis espaldas, mas mi rostro no podrás verlo” (Éxodo33:23). Mientras tanto el propio Dios afirmó: “Yo hablo con Moisés boca a boca y él ve la forma del Señor” (Núm. 12:8) y más : “Cara a cara el Señor habló con nosotros en el monte, en medio del fuego” (Deut. 5:4) y "(Moisés) a quien el Señor conocerá cara a cara" (Deut. 34:10). Finalmente, "Dios por dos veces se le apa-reció a Salomón" (I Reyes 11:9). ¿En qué quedamos, Dios fue visto o no? La afirmación de que la Biblia es la palabra de Dios, se basa en los versículos: 
16-Toda Escritura es divinamente inspirada y provechosa para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia; 17para que el hombre de Dios sea perfecto, y perfectamente preparado para toda buena obra. (II Timoteo 3) Pues bien, a mí Juan F. en 1948 me dijo: "Toda escritura divinamente inspirada es provechosa para enseñar...". Pablo se refería a las escrituras que realmente son inspiradas, no considerando otras. Y si fuese como quieren, también sería una contradicción. ¿No dicen los católicos y protestantes que no todo es inspirado, y llaman de "apócrifos" libros que no constan en sus biblias?

Más aún, la Biblia protestante excluye libros que están en la Biblia de los católicos... Me gusta-ría saber en qué, toda aquella guerra y, principalmente, aquella demostración de PRECON-CEPTO contra deficientes físicos, podría ser "provechosa para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia; para que el hombre de Dios sea perfecto, y perfectamente preparado para toda buena obra.". No creo TAMPOCO que Pablo estuviese hablando de toda la Biblia. Otras argumentaciones de los que afirman que la Biblia es la "Palabra de Dios": "Jesús: a.- la leyó (Lc 4:16-20); 
b. - la enseñó (Lc 24:27);" 
Pero también la resumió en "Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo". Nosotros, espíritas, creemos que la Biblia CONTIENE la Palabra de Dios, mas no es enteramente la Palabra de Dios, infalible, incuestio-nable... Jesús afirmó que ellas eran la verdad” (Ju 17:17); Dice el versículo 14: "Yo les di tu palabra; y el mundo los odió, porque no son del mundo, así como yo no soy del mundo." Jesús se refería a la palabra que él trajo.

Esa, sí, que vino de Dios. Jesús la llamó "La Palabra de Dios" (Ma 7:13); Nuevamente, no toda la Biblia. Jesús vivió y procedió de acuerdo con ella" (Lc 18:31); Tomando Jesús consigo los doce, les dijo: Es que subimos a Jerusalén y se cumplirá en el hijo del hombre todo lo que por los profetas fue escrito;" Se refería a las profecías sobre el Mesías, que se cumplían con Él. Declaró que el escritor David habló por el Espíritu Santo" (Ma 12:35,36); Inspiración mediúm-nica (lea ítem Espíritu Santo) Jesús la cumplió (Lc 24:44). Jesús pone su aprobación en todas las Escrituras del Antiguo Testamento pues" Leyes, Salmos y Profetas "eran las tres divisiones de la Biblia en los días en que el nuevo Testamento todavía estaba siendo formado." "44-Des-pués le dice: Son estas las palabras que os hablé, estando todavía con vosotros, que importaba que se cumpliese todo lo que de mi estaba escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos. 45-Entonces les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras; 46-y les dice: Así está escrito que el Cristo padeciese, y al tercer día resurgiese de entre los muer-tos;" (Lc 24:44-46) Una vez más, se refería apenas las profecías a su respecto. En cada persona que acepta a Jesús como Salvador, el Espíritu Santo pone en su espíritu la certeza en cuanto a la autoría de la Biblia. Es una cosa automática. No es preciso que nadie enseñe eso. Quien de hacho acepta a Jesús, acepta también la Biblia como la Palabra de Dios, sin argumentar."


¡Ahora, eso es una invitación a la fe ciega! En Ju 7:17, Jesús muestra como podemos tener dentro de nosotros el testimonio del Espíritu Santo en cuanto a la autoría divina de la Biblia: “Si alguien quiere hacer la voluntad de Dios …” .14-Estando, pues, la fiesta ya en medio, subió Jesús al templo y comenzó a enseñar. 15-Entonces los judíos se admiraban, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado? 16- Respondióles Jesús: Mi doctrina no es mía, mas de aquel que me envió. 17-Si alguien quisiera hacer la voluntad de Dios, ha de saber si la doctrina es de Él, o si yo hablo por mi mismo. 18-Quien habla por sí mismo busca su propia gloria; mas el que busca la gloria de aquel que la envió, ese es verdadero, y no hay en él injusticia. (Juan 7:14-18) Muestra que Jesús no es Dios, sino un enviado de Dios, trayendo la palabra de Dios. Y dice lo obvio: que debemos reconocer lo que es su palabra y la palabra de Dios, para procurar cumplir esta última. No dice nada sobre si la Biblia es divina o no.


Las fallas de la Biblia

"1-¿Cómo puede Dios crear la luz antes del Sol? – (Génesis 1:3 14). Como separó El la luz de las tinieblas (Génesis 1:4), si éstas nada más son que la privación de la luz? ¿Como hizo el día antes de que el sol fuese creado? 
2-¿Cómo afirmar que del Edén salía un río que se dividía en otros cuatro, uno de los cuales, el CIOM, que corría en el país de Cuse (Etiopía) (Génesis, 2:13) sólo podía ser el Nilo, cuya naciente distaba más de mil leguas de la naciente del Eufrates? 
3-¿Por qué la prohibición de comer del fruto del “árbol de la ciencia del bien y del mal” (Génesis 2:17), si es un hecho que, dando el uso de la razón al hombre, Dios sólo podría estimularlo a instruirse? Acaso prefería El ser servido por un tolo? 
4-¿Por qué se atribuyó a la serpiente el papel de Satán (Apoc. 12:9), si la Biblia apenas dice que “la serpiente era el más astuto de los animales” (Génesis 3:1)? ¿Qué lengua hablaba esa serpiente, y cómo andaba ella antes de la maldición de que pasaría a arrastrase sobre el vientre y comer tierra? (Génesis 3:14) ¿Y cómo explicar la desobediencia de la serpiente, si nunca se oyó hablar de cobra que comiese polvo? ¿Y cómo explicar que tantas mujeres puedan hoy dar a luz sin dolor y tantos hombres coman su pan sin precisar del sudor de su frente? (Gen. 3:16/19) 
5-¿Cómo puede ser punido con tanto rigor un ente primitivo como Adán, que no sabia discernir entre el bien y el mal? (y la prueba de eso se encuentra en el verso 22: 'Es que el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal'). Caín cometió un fratricidio y no mereció una pena tan severa; a despecho de la maldi-ción: “Fugitivo y vagabundo será en la Tierra” (Génesis 4:12) fue para Node, donde constituyó familia y hasta construyó una ciudad (Génesis 4:17) y “sus descendientes fueron maestros en varias artes” (Génesis 4:20/22) 
6-Los teólogos pretenden que la muerte entró en el mundo en consecuencia del pecado de Adán (por lo menos esta es la enseñanza de San Irineo en el 1º Siglo, confirmado por San Agustín). Pregunta: ¿Cómo estaría hoy la población de la Tierra si la humanidad sólo naciera? ¿Y por qué la punición tuvo que ser extendida a los animales, que nada tuvieron que ver con el pecado de Adán? 
7-¿Como podrán encerrar “parejas de todos los animales de la Tierra” (Génesis 6:19) en una arca de 300 codos (198 m) de ancho por 50 de largo y 30 de altura (Génesis 6:15) ? ¿Cómo conseguirían recoger todos esos animales y reunir tantos y tan variados alimentos y de qué modo si hubo 8 personas a bordo (Génesis 7:13) para alimentarlos a todos (y limpiar todos los desechos) durante más de un año? Nótese que el diluvio comenzó el 17 del 2º mes (Génesis 7:11) y los que en ella habían entrado siete días antes (Génesis 7:10) sólo salieron del Arca el 27 el segundo mes (del año siguiente es obvio) (Génesis 8:14) 
8-Si Dios es justo y si fue El propio que endureció el corazón del Faraón para que no permitiese la salida de los israelitas (Éxodo 11:10), ¿por qué tendría de matar a todos los primo-génitos de Egipto, inclusive muchos millares de inocentes niños y hasta los primogénitos de todos los animales? (Éxodo12:29) 
9-¿Como habrían los magos egipcios transformado el agua del Nilo en sangre (Éxodo7:22), si Moisés ya lo había hecho antes? (Éxodo7:20). Y ¿cómo pudieron perseguir a los israelitas con su ejército desfalcado de todos los primogénitos (Éxodo12:29) y empleando su caballería (Éxodo14:23), si en la 5a plaga habían sido muertos todos los caballos? (Éxodo9:6) 
10-Si el mar se tragó todo el ejército del Faraón, éste inclusive (Éxodo14:28) no es de extrañar que con al descifrar los jeroglíficos, que permite hoy conocer toda la historia del antiguo Egipto, no se halla encontrado una sola referencia a tan espantosa calamidad? 
11-¿Cómo entender que los autores del Antiguo Testamento, tan precisos al citar por los nombres decenas de pequeños reyes de las ciudades vencidas, como Adonizedeque (Josué 10-1), Hoão, Pira, Zafia, Debir (Josué 10:3), Hoão (Jos. 10:33), Jabim, Jobab (Josué 11:1), Seom (Josué 12:2), Igue (Josué 12:4), Jeb (Jueces 7:25), Salmuna y Zeba (Jueces 8:5), Agag (I Samuel 15:8), Aquis (I Samuel 21:10), etc., nunca han mencionado el nombre del Faraón que reinaba al tiempo de la huida de los israelitas, el cual es citado tantas veces en los primeros 14 capítulos del libro del Éxodo? 
(...) 
14-¿Cómo entender que fuesen elegidos y protegidos por Dios asesinos como Eude, que apuñaló a traición al rey Eglom (Jueces 3:21), David, que hizo morir a Urias, para tomarle la mujer (II Samuel 11:15) y Salomón, que teniendo 700 mujeres y 300 concubinas (I Reyes 11:3), mandó a matar a su hermano Agonías sólo porque éste le pidiera una? (I Reyes 2:21 y 25) 
(...) La historia de todos los pueblos está repleta de leyendas, creencias, mitos, alegorías, supersticiones. ¿Por qué la de los judíos tendría que ser diferente?

Cuando el historiador pertenece a otra comunidad, o se encuentra alejado de los aconteci-mientos en tiempo y espacio, todavía se puede esperar alguna imparcialidad. Mas, si quien narra la historia es uno de los propios interesados, es natural que procure exagerar los hachos de los compatriotas, sea contemporáneos o antepasados, y subestimar los de sus adversarios. Ello ocurre hasta en los tiempos actuales, en que los eventos quedan registrados en la prensa, en libros, en los filmes, en vídeos, etc. Igualmente los hechos contemporáneos, ampliamente divulgados y documentados por todos los medios de registro disponibles, se prestan a interpre-taciones diferentes, al sabor de las conveniencias de cada grupo. La paternidad del avión, inventado ya en el inicio del siglo XX, ¿no es atribuida por los norte-americanos a los hermanos Wright, con evidente indiferencia a los méritos de nuestro Santos Dumont? Imagínese lo que no ocurriría en los tiempos primevos, cuando los acontecimientos eran transmitidos por tradición oral, y sólo mucho después venían a ser registrados por escrito... 
(...) ¿No hay evidente exage-ración en afirmar que los israelitas en un solo día mataron 100 mil sirios? (I Reyes 20:29). A nuestro modo de ver, cien mil hombres no mueren fácilmente en un solo día ni con las más devastadoras armas modernas. Con las bombas nucleares existe la posibilidad, mas hasta el momento no nos consta haya de hecho ocurrido. Las lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 6 y 9-8-45 no llegaron a exterminar tanta gente, por lo menos no en el primer día. Y nótese que no fueron lanzadas contra ejércitos aguerridos, mas contra poblaciones civiles. Si con los recursos altamente sofisticados de la tecnología actual la empresa no es fácil, imagínese lo que no sería en los tiempos en que las armas más letales eran espadas y lanzas, y los vehículos más veloces eran carros tirados por caballos y camellos...

Por la misma razón no nos parece muy verosímil que el "Ángel del Señor" haya en una sola noche exterminado 180 mil asirlos (II Reyes 19:35), ni que 120 mil “midianitas” hayan sido muertos por los 300 de Gedeon (Jueces 8:10), en que los judíos habían eliminado en un sólo día 120 mil de la tribu de Judá, “todos hombres poderosos, por haber abandonado el Señor Dios de sus padres” (II Crónicas 28:6), y también llevado cautivas 200 mil mujeres y niños de su pue-blo hermano (II Crónicas 28:8). ¿Y qué decir de los “500 mil hombres escogidos que caye-ron heridos en Israel”? (II Crónicas 13:17). Y, ¿que decir del millón (1 millón) de etíopes que 'fueron destrozados sin restar ni uno siquiera'? (II Crónicas 14:9 y 13). ¿Será que Etiopía ya disponía en aquel tiempo de 1 millón de habitantes? (nota en el rodapié de la página: Tenemos dos biblias traducidas Almeida, ambas editadas por la Sociedad Bíblica Brasilera, con redacción diversa del cap. 13. La de 1966 dice como está arriba. La de 1969 (edición revista y CORREGIDA) reza: “cayeran tantos etíopes que ya no había en ellos vigor alguno”... Véase como van poco a poco alterando el texto!) 

(...)

Jamás nos pasaría por la mente la intención de despreciar el papel de la Biblia como regla de fe de la Cristiandad, y no serian pigmeos como nosotros que osarían tan inasequible tarea. Sabe-mos y proclamamos que ella es el fanal de todos los pueblos cristianos, y que las preciosas enseñanzas morales en ella contenidas brillarán y continuarán a brillar por muchos siglos con-curriendo para disipar las tinieblas de la ignorancia de los hombres siempre que ellos estuvie-ren a la altura necesaria para poder asimilarlas. Aquello que únicamente objetamos es la tesis de la “infalibilidad” de la Biblia, la idea de que ella contiene toda la Verdad y que todo cuanto contiene es la palabra salida de los labios del propio Dios. Lo que afirmamos es que la Biblia fue escrita por hombres y por eso mismo está repleta de fallas resultantes de la imperfección humana. Pretender que allí esté la Verdad como un bloque monolítico, es sembrar confusión en la mente de hombres que ya aprendieran, o por lo menos debían haber aprendido, a razonar."

Pedro - Primer Papa

Los católicos nos critican (y también a los protestantes) por no aceptar los Papas como suce-sores de Pedro e inspirados pelo Espíritu Santo. Veamos los argumentos usados por ellos: "También yo te digo que tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" (Mateo 16:18) En la Epístola a los Efesios, Cap II, v.20, está escrito claramente que la Iglesia está fundamentada sobre la fe de los apóstoles y Profetas, siendo Jesús Cristo la principal piedra del ángulo. S. Cirilo escribió: "La roca o piedra de que nos habla Mateo, es la fe inmutable de los apóstoles". S. Crisóstomo cuando, en su homilía 56 con respecto a Mateo, escribe: "Sobre esta roca edificaré mi iglesia: y esta roca es la confesión de Pedro." ¿Y cuál fue la confesión de Pedro? Está en el versículo 16: "Tu eres Cristo, el Hijo de Dios vivo".

San Agustín se expresa así sobre la Primera Epístola de S. Juan: "Edificaré mi iglesia sobre esta roca, significa claramente que es sobre la fe de Pedro". En su tratado 124 sobre lo mismo S. Juan, se encuentra esa frase: "Sobre esta roca, que acabáis de confesar, edificaré mi iglesia; y la roca era el propio Cristo, hijo de Dios". Tanto ese santo no creía que la Iglesia fuese edificada sobre San Pedro, que dice en su sermón en el 13: "Tu eres Pedro, y sobre esta roca o piedra que me confesaste, que reconociste, diciendo: Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, edificaré mi iglesia, sobre mi mismo; pues soy el Hijo de Dios vivo. Edificaré sobre mi mismo, y no sobre ti." ¿Habrá cosa más clara? Dicen las escrituras que Cristo hasta prohibió a Pedro y sus colegas de reinar o ejercer señorío (Lucas, XXII, 25 y 26). Cristo prometió tronos a los apóstolos (Mateo, Cap. XIX, v. 28), sin decir que el de Pedro sería más elevado que los de los otros.

Los concilios de los cuatro primeros siglos nunca dieron, ni reconocieron el poder y la jurisdicción que los obispos de Roma querían tener. Claro que Pedro, después de Jesús desen-carnar, seria el punto de partida para las futuras predicas evangélicas. Y así, después de la crucifixión, vamos a encontrar a Pedro en Jerusalén, como centro irradiador de fuerzas espiritua-les y de enseñanzas para el Cristianismo naciente. Y más tarde, al lado de Pablo en Roma, Pedro articula los trabajos evangélicos que se desenvolvían en la gran ciudad, trabajando fiel-mente hasta caer víctima de la persecución. Atendiendo a su fe franca y sincera y a su espíritu ponderado y humilde con mucho coraje de luchar, Jesús confía a Pedro la orientación de los primeros pasos del Cristianismo y a dirección de los primeros trabajos de la diseminación del Evangelio. Mas, ¿donde está escrito que Pedro tendría sucesores, escogidos por los hombres, y que esos sucesores vivirían de la religión y no para la religión? ¿Dónde dice que los sucesores serian considerados infalibles y serian chamados "santidad"? No dice eso, ni que los padres se-rían sucesores de los apóstolos con poder de perdonar pecados. Dice que los apóstolos perdo-nasen, pues esos eran médiums, estaban preparados, sabían reconocer a quien tuviera real-mente fe, quien estaba realmente transformado y merecía ser perdonado, como hacia Jesús, inclusive CURANDO los enfermos tras perdonar, obviamente librando ellos de las enferme-dades causadas por los pecados de que ahora eran perdonados. Es un absurdo comparar el ejemplo de humildad y lucha de Pedro con los Papas a lo largo de la Historia. Pedro jamás aceptaría el título de "Santidad", mucho menos ser considerado infalible. Mayor absurdo es todavía decir que el Papa es representante de Jesús o Dios (o que para los católicos y evangélicos es la misma cosa) en la Tierra. Sólo podemos considerar eso como una enorme PRESUNCIÓN.

Cristo dice: "El hijo del hombre no tiene una piedra para reclinar la cabeza, mientras las aves del cielo tienen sus nidos y los lobos tienen sus covis". Nació en un pesebre, en un lugar mo-desto, en una gruta. Murió en la cruz. Toda a su vida fue muy simple. Él es el jefe de la Iglesia Católica y nada más. El siglo IX es conocido por los escándalos pontifícales. El tiempo en que los papas, sanguinarios y mundanos, eran designados por mujeres disolutas, como Teodora y Marozzia. El Papa Gregorio, el Grande, condenó el culto a los ídolos y Bonifacio III y IV restable-cieron el mismo culto. ¿Cuáles de estos era más infalible e inspirado por el Espíritu Santo? En el inicio del siglo V, el padre Juan Huss, mártir y héroe nacional de la antigua Checoslovaquia, rector de la Universidad de Praga, fue quemado a la hoguera por la Iglesia, por causa de los sus trabajos negando a autoridad del Papa, censurando los vicios del clero, las indulgencias, etc. Apelan los católicos para el hecho de Jesús haber prometido asis-tencia para su Iglesia y que las puertas del infierno no prevalecerían contra ella. Mas Jesús ciertamente no fue convente con los absurdos cometidos por la Iglesia Católica a lo largo de la Historia. su Iglesia es la de "un sólo rebaño y un sólo pastor", y no exclusivamente la Católica o una de las diversas iglesias evangélicas, cada una de ellas diciendo ser la Verdadera. Jesús hablaba de la VERDADERA IGLESIA DEL CRISTO, la que lleva a la reforma íntima, la transformación del individuo y, por fin, de toda la Humanidad. El infierno no prevalecerá contra los que colocaren sus enseñanzas en práctica, y no los de esa o de aquella Iglesia. Jesús no creó una Iglesia con una jerarquía basada en valores materiales, sino espirituales.

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