martes, 4 de agosto de 2009

Transgénicos, Clonación y Genética a la Luz del Espiritismo

Por Adilson José de Assis


¿Será contrario a la ley de la Naturaleza el perfeccionamiento de las razas animales y vegetales por la Ciencia? ¿Sería más conforme a esa ley dejar que las cosas siguiesen su curso normal?

"Todo se debe hacer para llegar a la perfección y el hombre mismo es un instrumento de que se sirve Dios para llegar a sus fines. Puesto que la perfección les el objetivo al que la Naturaleza tiende, favorecer esa perfección significa corresponder a los designios de ésta."

a) — Pero, generalmente, los esfuerzos que el hombre emplea para conseguir la mejoría de las razas nacen de un sentimiento personal y no objetivan sino el aumento de sus goces. ¿Esto no le resta mérito?

"¿Qué importa que sea nulo su merecimiento, desde que el progreso se realice? Le cabe tornar meritorio, por la intención, su trabajo. Además, mediante ese trabajo, él ejercita y desenvuelve la inteligencia y bajo este aspecto es que mayor provecho tendrá." (LE, P. 692) [1]

En las últimas décadas la Humanidad acompañó atónita los innumerables progresos realizados en el campo de la Genética y sus consecuentes aplica­ciones en varios departamentos de la vida en el Planeta. La Genética es la "rama” de la Biología que estudia las leyes de la transmisión de los caracteres hereditarios en los individuos, y las propiedades de las partículas que asegu­ran esa transmisión"[2]. Tales partículas son los cromosomas (en número de 46 en la especie humana), constituidos de genes (se estima que existen más de 100 millones, en el hombre), que por su vez son estructurados a partir de moléculas orgánicas (proteínas), formadas de átomos (principalmente Carbono, Hidrógeno y Oxígeno).

Palabras como "gene", "mutación genética", "clonación", "alimentos trans­génicos", "Ingeniería Genética", "Biotecnología", entre otras, antes restringidas a los ambientes académicos o de pesquisa científica, ganaron dominio Públi­co, a pesar de que no siempre sus utilización denote conocimiento acerca de sus significados. Nunca se avanzó tanto en la comprensión y capacidad de manipulación de los mecanismos responsables por la organización de los seres vivos en el Planeta... Junto con el dominio del conocimiento advenido de la Genética, hoy es posible la clo-nación de animales (generación de una copia a partir de una célula adulta del animal), obtención de especies vegetales más nutritivas o resistentes a determinadas plagas y dolencias, mejora-miento genético de animales con el fin de obtener individuos con determinadas características (pollo con más carne en el pecho o "chester", especies bovinas precoces, etc.), para citar ape-nas algunas conquistas, siendo previstas para los próximos años la completo secuencia de los genes humanos (Proyecto Genoma), y la cura para innumerables dolencias de cuño hereditario, o genético.

Frente a este "Admirable Mundo Nuevo" que nos es develado peor el saber, ¿que tiene la Doctrina Espírita que decir? Recordemos que no es tarea del Espiritismo competir con las ciencias humanas, siendo éste una síntesis del conocimiento moral humano, le compete promo-ver una reflexión acerca de los acontecimientos que nos rodean y también acerca de los rumbos el futuro. La función del Espiritismo es dar soportes para un análisis crítico de los hechos que nos son presentados en el día a día por los medios y realizar un debate acerca de sus consecu-encias éticas y morales.

A través de la pregunta de El Libro de los Espíritus que transcribimos en el inicio de este artículo, percibimos fácilmente que compete al ser humano auxiliar en la Obra de la Creación, actuando como Co-Creador en plano menor, en la feliz expresión de André Luiz [3]. A fin de asumir las futuras funciones de "mensajeros y ministros de Dios, cuyas órdenes ejecutan para conservar la armonía universal" (LE, P. 113), entendiendo que tales funciones en-vuelven la creación continua, conservación y perfeccionamiento de la vida, en los planos material y espiritual y que son ejecutadas por los Espíritus Puros, necesitamos ensayar en etapas ante-riores, a través de funciones más simples, las futuras responsabilidades que nos serán presen-tadas. Obvia­mente, que el aprendizaje es paulatino (y envuelve además del conocimiento, el desarrollo moral) y hay una gran distancia entre nuestro estadio actual y el futuro estadio de Espíritus Puros que inevitablemente alcanzaremos, ya que el único determinismo que existe en el Universo, según la visión espírita, es el de la Perfección, que estamos todos destinados, al final, "todos se tornarán perfectos" (LE, P. 116).

Realizando un análisis en la Historia de la Humanidad percibimos que reco­rremos algunas etapas distintas, con relación a la nuestra capacidad de influir en el perfeccionamiento del Planeta:

1a Fase _ Observación: El hombre era un espectador de la Naturaleza y era completamente sumiso a sus fenómenos; por no comprenderlos, les temía. Corresponde a las etapas iniciales de la Especie Humana, cuando esta se limitaba a cazar, recoger frutos, escoger una buena caverna para vivir, etc.

2a Fase _ Manipulación de la Materia Grosera: A través del aprendizaje efectuado en la etapa anterior, de la observación, el Hombre comienza a manipular el suelo para construir moradas más confortables; manipula los metales, a través de la metalurgia, para construir utensilios y armas; manipula las reacciones químicas para producir innumerables productos químicos. Esta fase va de la del dominio del Fuego, hasta el dominio de las fuerzas atómicas, por la desintegración nu-clear, límite de la materia, en los moldes que la percibimos.

3a Fase _ Manipulación de la Vida Orgánica: Estaríamos viviendo los primor­dios de esta era, en la cual aprenderemos a manipular los secretos de la vida orgánica en el Planeta. Con el aprendizaje realizado en las etapas anteriores, ahora el ser humano ensaya para crear cuerpos. Vea que no estamos hablan­do de crear vida, pues la manipulación de la vida orgánica envolvería apenas los cuerpos y no los espíritus. Según la Doctrina Espírita, la vida en el planeta se da por la interacción entre el elemento espiritual (espíritu) y el material (cuerpo físico). En esta 3a Fase, el hombre estaría aprendiendo a manipular apenas uno de los componentes de la vida, o sea, aquel que pertenece a la materia. Talvez pertenecerá a etapas futuras, el aprendizaje acerca del origen del elemento espiritual!

Paralela a los desenvolvimientos científicos, hay una discusión ética que necesita ser hecha, y debe incluir cuestiones tales como: ¿Cuáles son los intereses económicos que están impulsando los recientes avances? ¿Que se hará con el conocimiento adquirido con estos avances? Este conocimiento, ¿estará al servicio de la mejoría de las condiciones de vida en el Planeta para todos, o disponible apenas a una pequeña parte? ¿Cuáles serán las ideolo­gías presentes en todos estos avances? Pensamos que preguntas acerca de las finalidades de los avances, del egoísmo (u otras pasiones) presente en aquellos que quieran el conocimiento para aumentar sus gozos, entre otras, están ya respondidas en la P. 692 de El Libro de los Espíritus.

Percibimos así que la Doctrina Espírita, a pesar de codificada en una época en la cual la Genética aún no existía (las Leyes de Mendel, consideradas el marco inicial de la Genética, fueron publicadas en 1866), permanece actual en su tarea de esclarecer, instruir y consolar al Hombre, mostrando siempre la capacidad de responder nuevas cuestiones que van surgiendo con los avances de la ciencia humana, que aún es un pálido reflejo de la Ciencia Divina.

Referencias Bibliográficas:

[1] KARDEC, ALLAN. El Libro de los Espíritus. Pregunta núm. 692. 67a Ed. Río de Janeiro: FEB, 1987.

[2] FERREIRA, AURLIO BUARQUE DE HOLANDA. Diccionario Aurelio Básico de la Lengua Portuguesa. Río de Janeiro: Editora Nueva Frontera, 1988.

[3] LUIZ, ANDRÉ. Evolución en Dos Mundos. Psicografía de F. C. Xavier y Waldo Vieira. Pág. 23. 10a Ed. Río de Janeiro: FEB, 1987.


Fuente: Jornal Mundo Espírita – junio/2002

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